Dan apoyo a víctimas de violencia

 

Irene Rodríguez, fundadora de Zaafiro, busca con su testimonio empoderar a mujeres violentadas.
Foto: EL NORTE

Karen López

Monterrey,  México (9 agosto 2013).- Ser víctima de abuso o maltrato va más allá del daño físico. Las repercusiones sociales, psicológicas y emocionales son igualmente graves y, por ello, deben ser atendidas con urgencia.

Fundación Zaafiro, formada hace cuatro años por Irene Rodríguez, joven de 25 años, quien fue víctima de abuso sexual, busca ser un puente entre mujeres violentadas y una comunidad de doctores, psicólogos, e instituciones públicas y privadas, para ayudarlas a restablecer su salud física y emocional y empoderarlas para su reinserción en la sociedad.

La fundación se presenta oficialmente hoy, en un evento privado en el Casino del Valle, a las 20:00 horas.

«Yo fui víctima de violación hace cuatro años y en ese momento tratas de buscar ayuda, pero te cierras completamente primero. Te das cuenta que no hay un libro, no hay gente que esté dispuesta a hablar contigo, a decirte ‘esto va a estar bien, vas a salir adelante'», dice en entrevista Rodríguez.

«Empiezas a ver una sociedad que desgraciadamente te rechaza, se cierra y se vuelve como un tabú. Es lo que más te duele, yo creo que nadie te apoya, pero sólo el amor es lo que te va a hacer salir adelante».

Aunque Irene contó con el apoyo de su familia en todo momento, el proceso de reconstruir la identidad de una persona es difícil después de una violación, pues hay que empezar de cero, un proceso que puede llevar toda una vida.

«Pasó un año y empecé a encontrarme gente que había tenido esta situación, y no puedes ser indiferente, empiezas a sentir una conexión con esas personas y tienes que decirles ‘te entiendo, la experiencia que yo tuve es fuerte, pero yo estoy todavía aquí y yo sigo adelante’.

«Yo misma estaba en un proceso, pero al verlas a ellas tan desesperadas, me dí cuenta que estaba en otro nivel. Para ellas el verme bien significaba mucho, y entonces dije ‘si es que me ven bien es porque sí lo estoy’, y yo misma me lo creí».

De la fortaleza y empoderamiento propio, nació Zaafiro, al principio con pocos casos de mujeres de todas edades y condiciones sociales, que Irene canalizaba con conocidos y gente que se fue uniendo a su causa, hasta lograr la organización y constitución como una A.C.

Además de tratar urgentemente a las víctimas, Irene y sus colaboradores tratan de generar conciencia social sobre los riesgos y los juicios a los que se someten en sociedad.

«Es una realidad que hay muchos peligros, pero siempre te culpan por con quién andabas, cómo andabas vestida, y si habías tomado alcohol. Trato de crear esa conciencia de los riesgos y de cómo juzgan a la víctima».

La sede y oficinas se mantienen privadas para protección de las víctimas. Más información en https://zaafiro.com/ en Facebook, o al teléfono 1736-3647.

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